Traducción de un artículo original de Rachel Edwards.
Me topé por primera vez con Valerie Solanas en 2008 mientras buscaba un DVD en la biblioteca local. Tenía entre mis manos una película titulada Yo disparé a Andy Warhol. Puede que esta película biográfica sea uno de los mejores argumentos involuntarios a favor del antifeminismo. Cuenta la historia de Valerie Solanas, prostituta feminista radical, que escribe una obra exigiendo el exterminio de los hombres, mientras los utiliza para pagar sus facturas.
Muchas feministas con las que hablo me dicen lo distinto que es ahora el movimiento. Con eso en mente, leí la famosa obra de Valerie Solanas, el Manifiesto SCUM (Sociedad para Destrozar a los Hombres).
En él, no pide igualdad de derechos ante la ley, sino que exige la dominación femenina y la abolición del dinero. Llega a decir que una mujer no debería tener que trabajar más de 2 o 3 horas por semana para poder disfrutar más de la vida, y culpa a los hombres de todo lo habido y por haber. Para que os hagáis una idea, aquí os pongo unas cuantas citas escogidas:
“Llamar animal a un hombre es halagarlo; es una máquina, un consolador andante.” “El hombre es completamente egocéntrico, atrapado dentro de sí mismo, incapaz de empatizar ni identificarse con los demás, incapaz de sentir amor, amistad, afecto o ternura.” “¿Para qué producir hembras siquiera? ¿Por qué tendría que haber generaciones futuras? ¿Cuál es el objetivo? Si se eliminan la vejez y la muerte, ¿para qué seguir reproduciéndose? ¿Por qué debería importarnos lo que ocurra cuando estemos muertos? ¿Por qué debería importarnos que no haya una nueva generación que nos suceda?”
Solanas no solo decía estas palabras; las vivía. Aunque tenía un título en Psicología, prefería mendigar y prostituirse para ganar dinero. No era como las feministas de hoy en día, cuyo odio a los hombres es sutil: ella lo exhibía como una medalla de honor. No solo hablaba de cometer actos violentos contra los hombres; disparó a dos personas.
El Manifiesto SCUM es un clásico feminista, y una de las obras más publicadas de la literatura feminista. De hecho, es tan radical que Solanas se retractó más tarde, aduciendo que SCUM era una creación literaria y un estado mental, y no un movimiento que pretendiese crear.
Valerie Solanas era esquizofrénica paranoide. Los sentimientos expresados en el Manifiesto SCUM no son meros desvaríos de una mujer furiosa. Son desvaríos de una mujer que deliraba profundamente.
La historia de cómo acabó disparando a Andy Warhol es un ejemplo perfecto de cómo el feminismo lo envenena todo. Desde el principio, Valerie vio a Warhol como un medio para conseguir un fin. Quería usarlo para ganar fama, y en 1967 le entregó un guion que quería que produjese, Up your Ass («Por el culo»).
A finales de primavera de 1968, Valerie empezó a tener delirios paranoides con que Andy Warhol intentaba sacar provecho de su trabajo, y que el contrato que había firmado con Olympia Press incluía la propiedad de todas sus obras futuras. Por supuesto, se acabó la representación. Se arregló y fue a la famosa casa de Andy Warhol conocida como “the Factory”, donde le disparó a quemarropa en el costado.
Andy Warhol jamás se recuperó por completo de la herida, y quedó física y emocionalmente marcado de por vida hasta su muerte, a los 58 años. Solanas solo pasó 3 años en la cárcel, y consiguió algo de fama más tarde. Sin embargo, eso duró poco, ya que Valerie volvió a su antigua vida después de publicar su obra. Murió de una neumonía, viviendo en la miseria, a los 52 años.
Incluso hoy hay mujeres que ven a Valerie Solanas como una heroína feminista. Estamos hablando de una mujer a la que no le importaban una mierda el resto de feministas, ni siquiera cuando quisieron ayudarla a salir de la cárcel. Una mujer que creía que alguien le había instalado un dispositivo de rastreo en el útero, e intentó quitárselo con un tenedor. Una mujer que amenazó por teléfono a Andy Warhol, y siguió acosándolo tras salir de la cárcel.
A Valerie no le diagnosticaron esquizofrenia hasta los 32 años. Me pregunto cuántas de aquellas feministas radicales de segunda ola tenían problemas de salud mental sin diagnosticar. Porque el feminismo atrae a los enfermos mentales como la basura a las moscas, y en vez de ayudarles de verdad, les dan una plataforma.
Veo que las feministas de tercera ola dicen continuamente que son completamente distintas a las de segunda ola, pero las radicales siguen siendo iguales. Incluso hoy tenemos a Femitheist Divine vomitando ideas inquietantemente similares a las de Valerie Solanas, pronunciadas con un acento sureño casi indescifrable. Tenemos universidades donde se representa Up your Ass como tributo a su obra. Tenemos artículos que la pintan como una simpática víctima de la opresión patriarcal.
Yo, por el contrario, afirmo que era una chiflada profundamente egoísta, egocéntrica y alucinada. Odiaba a los hombres sin remordimiento alguno y huía del trabajo como de la peste. Cuando le preguntaron por su intento de asesinato contra Andy Warhol, dijo que de lo único que se arrepentía era de no haberlo matado.
Las feministas la consideran una figura importante. Estoy de acuerdo. Es importante porque sigue siendo un ejemplo de todo lo malo del feminismo. Representa lo que las feministas de tercera ola quisieran esconder debajo de la alfombra. Es la feminista violenta y misándrica de las leyendas.
Así que cuando se dice que sus palabras todavía deberían escucharse, estoy de acuerdo. Porque nada te acerca más al antifeminismo que Valerie Solanas. Porque incluso muerta, sigue siendo un regalo.
Enlaces interesantes (en inglés):
Correspondencia con Ti-Grace Atkinson durante su estancia en la cárcel
- Los maricas están oficialmente fuera (del bando progresista) - November 16, 2016
- Sword and Glory – A game about male disposability - November 15, 2016
- Guía para dummies para que las adolescentes respeten a los chicos - November 14, 2016